Algo básico a la hora de administrar una pequeña o mediana empresa (Pyme) es dividir las finanzas personales de las de la empresa y las tarjetas corporativas para el negocio son muy útiles, no solo para su crecimiento sino para una correcta salud financiera.
Hoy en día 4 de cada 10 emprendedores utiliza una tarjeta de crédito personal para satisfacer las necesidades de su empresa, esto en ningún escenario es lo ideal.
A diferencia de la tarjeta de crédito personal, una tarjeta de crédito empresarial es un producto especialmente diseñado para los negocios.
Para empezar podemos decir que las tarjetas empresariales, en la mayoría de los casos, tienen tasas de interés pensadas en un negocio y no una persona.
Otra característica de este producto es la disponibilidad de estados de cuenta y reportes personalizados. Otro punto positivo y por el que muchos empresarios han elegido esta opción es por la facilidad de administrar recursos estableciendo topes de gasto.
Si lo piensas bien, una tarjeta de crédito personal ha sido diseñada para un uso más comercial, por eso la cantidad de crédito ofrecida de inicio siempre es baja y va aumentando conforme su uso. A eso hay que sumarle que los intereses son sumamente altos ya que están enfocados en compras pequeñas o medianas.
Sus altos intereses, cortos periodos de pago y crédito bajo al final terminan afectando no solo el crecimiento del negocio, también su esperanza de vida.
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Los principales beneficios de utilizar una tarjeta de crédito empresarial son:
Ya sea de un banco o alguna otra institución financiera, los requisitos irán variando entre monto de facturación mínimo, antigüedad de la empresa, número de socios, etc.
Estos son los requisitos generales que te piden en la mayoría de los bancos y/o instituciones financieras:
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